jueves, 20 de febrero de 2014

Tiempo de Cambio

Dicen que todos los cambios deben ser para bien y deben traer cosas buenas, pero ¿por qué nos da miedo cambiar?, ¿por qué nos es tan difícil dejar todo lo que tenemos y conocemos por cosas nuevas e inesperadas? La respuesta es muy sencilla: No nos gusta salirnos de nuestra zona de confort. Todo lo que conocemos, todo lo que de alguna manera sabemos como va reaccionar o en que dirección iría, nos da una especie de protección a las cosas desconocidas. Es por eso que la simple idea de tomar decisiones que impliquen un cambio nos aterran y nos vuelven vulnerables ante "lo nuevo". Desde un cambio de trabajo, terminar con una relación o empezar una nueva, modificar nuestra perspectiva de vida, mudarnos a otra casa, ciudad o país; entre muchas otras cosas más.
Ante éstas situaciones entramos en un estado de shock donde nos preguntamos qué va a suceder, pensamos que ya nada será igual y que no encontraremos todas aquellas cosas a las que estábamos acostumbrados que de alguna manera nos daban satisfacción.Y es obvio que los cambios nos son fáciles e implican una serie de cosas que en su momento nos harán sufrir, nos costarán trabajo o nos harán querer retroceder y volver a lo de antes.Pero como todo en la vida, no siempre es fácil conseguir lo que quieres y ya lo diría aquella expresión en inglés que dice "No pain no gain". Y es que en realidad los cambios no tienen por qué ser dolorosos y no siempre necesariamente vamos a sufrir, pero si debemos estar conscientes de que nada será igual. 
Hay que atrevernos a dar ese paso que bien puede hacer la diferencia entre un "estoy bien" y un " estoy de maravilla".
Nosotros mismos forjamos nuestro camino y por mucho que sintamos que en donde estamos estamos bien hay que recordar que siempre podemos estar mejor.

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