martes, 16 de octubre de 2012

Historias

Caminaba por el pasillo y la vi. Estaba sentada en el suelo con la espalda recargada en una maceta y la cabeza entre las piernas. Su largo y oscuro cabello caía como cortinas y le cubrían todo el rostro. No pude verla a los ojos pero supe que lloraba. Tal vez el amor de su vida se fue para siempre, tal vez promovieron a su mejor amiga y tuvo que irse del país. La verdadera razón, no la sé.
Lo anterior suena como el comienzo de una historia de amor o desamor y en efecto es lo que podría ser. El domingo caminando por la terminal 1 del aeropuerto y observando a la gente me di cuenta que es un lugar que está lleno de historias. Cualquier cosa se podría escribir con sólo observar a alguien. Había rostros felices, otros cansados, tristes, preocupados, apurados, enojados y todas las emociones que el ser humano pueda sentir se reúnen ahí. Puedo recordar aquella chica que se veía destrozada llorando en el piso, también recuerdo a un argentino que hablaba por teléfono y que al parecer estaba sumamente molesto, pero lo que más recuerdo es a aquella joven madre que esperaba la llegada de su hija. La recibió con un globo y en cuanto la vio corrió a abrazarla fuertemente.
Imagino que alguno de ustedes también tendrá su historia que contar. Dicen que hay quienes van al aeropuerto a observar a la gente para así poder sacar el tema de su historia. 
La imaginación vuela cuando pones atención en cada expresión y es tanta la gente que circula por ese lugar que hay mucho material para escoger. Me pregunto si la misma gente que está ahí se ha puesto a pensar en lo que su rostro nos dice a los demás o si ellos mismos se han puesto a observar a los demás. 
Algo que suele suceder es que siempre miramos, pero no observamos, siempre oímos pero casi nunca escuchamos y no nos damos cuenta de que a nuestro alrededor pasan tantas cosas. Muchas de ellas tal vez valgan la pena para fijar nuestra atención y quien sabe, tal vez así también nosotros construyamos nuestra propia historia, digna de contar.

jueves, 4 de octubre de 2012

Proyecciones


Cuando hablo de proyecciones, definitivamente no me refiero a las películas; me refiero a la manera en que las personas solemos mostrarnos ante los demás. Esta parte de la proyección de nuestra persona aunque pareciera algo muy trivial o sin importancia, es la base de como muchos de nosotros alcanzamos nuestros objetivos. Desde la manera de saludar, de pararnos, de hablar y sobre todo de interactuar con las personas que nos rodean; ya sea en un ambiente formal o informal. Cuando alguien no demuestra seguridad o confianza en si mismo es claro que no se está tomando en serio por lo que será bastante complicado que los demás lo tomen en serio también. Un ejemplo muy claro es el profesor de una escuela. Supongamos que es hora de comenzar la clase y dicho profesor no sabe absolutamente nada sobre el tema, lo primero que sucederá es que perderá atención, sus alumnos se comenzarán a aburrir, perderá autoridad y perderá el control de la situación. Es por eso que es muy importante saber quienes somos, a dónde vamos, cómo llegaremos a ese lugar y en que tiempo. Parece una formula absurda ya que nadie puede predecir el futuro, sin embargo siempre es valido tomar ciertas prevenciones. Así que la próxima vez que nos paremos frente a un público, que tengamos una junta de trabajo o que queramos hablarle al chico o chica que nos gusta recordemos que la seguridad en nosotros mismos puede abrirnos más puertas de lo que nos imaginamos. En estos casos el soy guapo y tengo dinero no es argumento para alcanzar absolutamente nada.