Cuantos de nosotros no hemos llamado a alguien amigo, creo que si nos ponemos a pensar, todos tenemos uno o al menos lo hemos tenido.
Amigos que están con nosotros en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad. Esos amigos que puedes llamar en las madrugadas cuando más los necesitas, cuando pareciera que el mundo se desmorona en pedazos ante ti, pero ahí están esos amigos dándote la mano, diciéndote si se puede, yo estoy a tu lado.
No sé si todos tengamos una definición diferente de lo que es un amigo, pero para mi es esa persona que no te juzga, es esa persona que te perdona porque sabe que eres humano y eventualmente te equivocarás, eventualmente no sabrás como actuar y lo harás mal. Un amigo es esa persona que te deja crecer y que aunque no le guste verte sufrir te dejará que actúes a pesar de los consejos u opiniones que tiene para ti, porque muchas veces aprendemos más de los errores que las advertencias que se nos dicen.
Un amigo no necesariamente está todos los días a tu lado pero cuando más lo necesites ahí estará abriéndote los brazos para que te refugies en él. Un amigo respeta tus espacios y tus desiciones, aunque esas desiciones lo manden lejos de tu vida.
Reir, llorar, reflexionar, gritar, todas las emociones de la vida las puedes ver reflejadas en su rostro, porque en ese rostro no habrá una máscara que oculte nada, por el contrario será completamente honesto.
Es cierto que alguna vez las relaciones van mutando, van cambiando y aunque cueste trabajo aceptarlo también alguna vez esa relación con tus amigos más preciados va a cambiar. Pero no hay que olvidar que los verdaderos amigos prevalecen a través del tiempo, de la distancia, de los problemas y sabrán entender las decisiones que tomes por tu bienestar y sobre todo por tu felicidad.
Lo más importante no es tener muchos "amigos" que después se vayan, basta con tener aunque sea uno que se quede contigo para siempre.
Porque yo lo digo
Escribir nos conecta, nos alienta, nos enseña, pero sobre todo, nos permite dejar algo de nosotros en la mente de quien nos lee. Susana Miranda
martes, 25 de octubre de 2016
domingo, 4 de octubre de 2015
La necesidad de Escribir
Como si la necesidad de escribir me llamara, hoy después de un año vuelvo un tanto ansiosa a este blog. Me parece una eternidad desde que no escribo y como si me encontrara con un viejo amigo que hace tiempo no veo me siento feliz. Tal vez sea que la lectura me ha incitado a escribir, tal vez sea que me hace recordar lo mucho que adoro escribir, tal vez sean las cosas que durante este año me han marcado de por vida o simplemente el insomnio que no me deja pegar el ojo hoy a las 2 de la madrugada. Justo hoy que inicio un libro que me ha dejado completamente prendada de la lectura y que además me hace sentir que los personajes principales (que además son mujeres) son una mezcla de mi vida y de mi persona y me hacen sentir que muchas cosas de las que leo son o han sido parte de mi vida.
Todo un año de cosas que bien podría plasmar, porque hay tanto que decir, hay tanto que contar; pero esto no es mi diario personal, no es como que le esté hablando a mi mejor amigo, esto es algo público que cualquier persona podría leer. Y a pesar de todas esas reflexiones quisiera escribir lo mucho que he aprendido durante este año, lo mucho que he llorado, lo mucho que he reído y lo mucho que he sido feliz. Escribir para algunas personas es como comer, la necesidad de plasmar en letras lo que rodea nuestra mente es importante y hasta obligatorio, lo mejor de todo esto es que alguien lo leyera, por gusto, por curiosidad o simplemente porque no hay nada mejor que hacer, pero leerlo al fin de cuentas.
Me he prometido muchas veces a mi misma que lo haré más seguido, que me haré un hábito, porque es algo que hago bien, porque me gusta y porque en ocasiones puede aportar algo bueno a alguien más. Y aquí estoy, escribiendo un año después y quedándome ayer y antier y hace un mes con las ideas vagas en mi mente, con las ganas de ponerme artística y crear algo poético, algo brillantemente literario o algo simplemente interesante.
Finalmente aquí estoy, escribiendo de nuevo, pensando qué escribiré el día de mañana y recordando que desde que era niña siempre escribí, para decir cosas lindas, para pedir perdón, para aumentar mi imaginación y fantasía, para expresar mi amor y pasión, para felicitar a alguien, para ayudarme cuando he estado más triste que nunca o simplemente sólo por escribir...
lunes, 20 de octubre de 2014
El Día de Muertos
Las tradiciones de México son maravillosas, están llenas de folclor, de color, de misticismo que dejan ver la riqueza cultural de nuestro país. Las tradiciones de un lugar hacen que nuestras raíces no se pierdan y dan significado a muchas cosas. Ya se acerca Noviembre y con ello la fiesta del Día de los Muertos, una celebración muy importante ya que es cuando las almas de nuestros difuntos retornan a la tierra transitoriamente para celebrar con nosotros. Ésta fiesta es el resultado de la mezcla entre la cultura occidental y la indígena ya que por un lado encontramos las oraciones y el luto y por otro lado es todo un carnaval. La ofrenda es un homenaje a las almas de los difuntos que nos visitan y por lo general contienen los platillos que más les gustaban a nuestros seres queridos, flores de cempasúchil, papel picado, veladoras entre otros elementos ornamentales. Algunos de los elementos que no pueden faltar en una ofrenda son:
- Agua
- Sal
- Veladoras
- Copal / Incienso
- Flores
- Petate
- Pan
Hoy en día con la Globalización, el Internet, la Televisión y el Libre Comercio es muy común que conozcamos costumbres y tradiciones de otros países, lo cual enriquece nuestro conocimiento cultural, sin embargo es muy importante no olvidar las propias ya que vale la pena difundir tan hermosas tradiciones, no sólo porque somos mexicanos sino también porque debemos estar orgullosos de cada pequeña cosa que representa a nuestro país, para exaltar lo bueno y majestuoso de México.
jueves, 20 de febrero de 2014
Tiempo de Cambio
Dicen que todos los cambios deben ser para bien y deben traer cosas buenas, pero ¿por qué nos da miedo cambiar?, ¿por qué nos es tan difícil dejar todo lo que tenemos y conocemos por cosas nuevas e inesperadas? La respuesta es muy sencilla: No nos gusta salirnos de nuestra zona de confort. Todo lo que conocemos, todo lo que de alguna manera sabemos como va reaccionar o en que dirección iría, nos da una especie de protección a las cosas desconocidas. Es por eso que la simple idea de tomar decisiones que impliquen un cambio nos aterran y nos vuelven vulnerables ante "lo nuevo". Desde un cambio de trabajo, terminar con una relación o empezar una nueva, modificar nuestra perspectiva de vida, mudarnos a otra casa, ciudad o país; entre muchas otras cosas más.
Ante éstas situaciones entramos en un estado de shock donde nos preguntamos qué va a suceder, pensamos que ya nada será igual y que no encontraremos todas aquellas cosas a las que estábamos acostumbrados que de alguna manera nos daban satisfacción.Y es obvio que los cambios nos son fáciles e implican una serie de cosas que en su momento nos harán sufrir, nos costarán trabajo o nos harán querer retroceder y volver a lo de antes.Pero como todo en la vida, no siempre es fácil conseguir lo que quieres y ya lo diría aquella expresión en inglés que dice "No pain no gain". Y es que en realidad los cambios no tienen por qué ser dolorosos y no siempre necesariamente vamos a sufrir, pero si debemos estar conscientes de que nada será igual.
Hay que atrevernos a dar ese paso que bien puede hacer la diferencia entre un "estoy bien" y un " estoy de maravilla".
Nosotros mismos forjamos nuestro camino y por mucho que sintamos que en donde estamos estamos bien hay que recordar que siempre podemos estar mejor.
jueves, 28 de noviembre de 2013
Carta a Dios
Señor:
Siempre me han dicho que tú lo oyes y lo ves todo, entonces debes saber el momento por el que estoy pasando. Muy amargo para mi. Estos días he escuchado de todo; que todo va a salir bien, que tenga fe, que confíe, que no me preocupe de más, que no me estrese. Y de alguna manera todas esas cosas dan vueltas en mi mente, algunas sirven otras sólo me molestan. ¿Cómo alguien me puede decir que no me preocupe? Nadie más que yo sabe por el momento que estoy pasando y lo que me duele. Nadie jamás sabrá lo que se siente, porque quien lo vive en estos momentos soy yo.
No he querido aferrarme a una idea que tal vez al creerla sólo me haga más daño, pero támpoco quiero ser pesímista y ver todo negativo.
Tú sabes lo que deseo, sabes lo que me gustaría y si las cosas deben pasar así yo me sentiré plenamente agradecida y daré lo mejor de mi para cumplir con todo eso que es necesario, para llevar a cabo con amor lo que se debe hacer. De lo contrario, si pasa aquello que no me es grato, entonces aprenderé, y sí, yo sé que lloraré y me dolerá y sufriré; pero seré más fuerte y tendré muchas armas para salir adelante.
Mi confianza está plenamente en ti, pasará lo que tenga que pasar. Muchas veces ante estos momentos nos damos cuenta de nuestra debilidad, de nuestra calidad de humanos y que hasta en las películas los superheroes también lloran.
Todo esto me lleva a pensar que cuando queremos algo muchas veces no pasa justo en ese momento que lo buscamos y que cuando no lo queremos ahí está. El secreto de todo esto es que las cosas no pasan cuando las queremos, pasan en el momento justo, en el momento adecuado. Dícen que tus tiempos son perfectos.
Y aquí estoy en espera... Nunca la espera se me había hecho tan fría, tan dura, tan cortante. Pero el tiempo nos da las respuestas y ya llegará ese momento en el que tenga la verdad y para ese entonces te pido que me des las respuestas para saber que decisión tomar.
Señor, me pongo en tus manos...
lunes, 23 de septiembre de 2013
Libros y letras
De alguna manera a lo largo de mi vida he descubierto varios libros. Últimamente he leído más que de costumbre y otras veces no he leído lo suficiente, otras más no he leído lo que me gustaría. Y con el recuerdo y recuento de todos esos libros me doy claramente cuenta de que hay un gran vacío literario en nuestro país. Ya lo han mencionado tantas veces y México no es un país de lectores. Ese detalle me parece bastante triste y preocupante, sin embargo nadie puede fomentar más la lectura que nuestros propios padres desde la niñez.
Pero hoy no quiero hablar de los problemas que tiene México con respecto a la lectura de calidad (algo totalmente diferente a leer el Tv y Novelas), hoy quiero hablar de la gran importancia de la lectura.
Por donde lo veamos la lectura siempre tendrá bastantes beneficios, no sólo físicos, también mentales. Sólo por mencionar unos cuantos está el beneficio de aumentar la agilidad mental ya que favorece la concentración y las conexiones neuronales; favorece las relaciones sociales porque al leer generamos temas de conversación que facilitan la interacción; reduce el nivel de estrés; activa el sistema visual y hasta podría ayudar al éxito profesional de las personas lectoras de acuerdo a estudios de la Universidad de Oxford. Y así podríamos seguir escribiendo muchos más, sin embargo creo que éstos son de los más importantes.
Ahora pensemos en todas las veces que hemos recurrido a la lectura para que nos ayude en algo. Puede ser tan simple como leer para pasar un examen, leer un instructivo para entender el funcionamiento de alguna cosa y hasta puede trascender todavía más como leer un libro de superación o escribir una carta para decir algo que no nos atrevemos a decir, al final de cuentas alguien lo leerá.
En mi personal experiencia la lectura me ayudó a salvar una vida. Recuerdo que mi papá tenía un libro de primeros auxilios en su librero, mi curiosidad me llevó a hojearlo y después a leerlo. Era un manual de la Cruz Roja, sencillo y explicado con muchas imágenes. Un día mi hermano menor jugaba con una canica, y en el momento menos esperado me di cuenta que no estaba respirando bien, hacía un ruido extraño y comenzaba a ponerse rojo. Miré para todos lados y no vi la canica así que supuse que se la había tragado. Mi cerebro reaccionó de inmediato y recordé la maniobra Heimlich contra atragantamiento y la apliqué como recordé. Inmediatamente la canica salio de la garganta de mi hermano y afortunadamente le salvé la vida. Puede sonar a mentira, puede sonar exagerado, pero es la verdad. Yo lo viví y la lectura te puede salvar la vida... Lean!
miércoles, 10 de abril de 2013
Entender a los demás
Las relaciones entre personas son muy complicadas porque cada quien tiene una visión diferente de las cosas, dependiendo de lo que han experimentado, de como fueron educados en su casa y de los ideales que persiguen. Sin embargo el convivir con los demás nos puede traer una serie de momentos que en muchas ocasiones suelen ser bastante importantes en nuestras vidas; incluso nos recompensan emocionalmente.
Pero ¿cual es la clave para llevar las relaciones de manera pacífica y hacerlas durar lo más que se pueda? Desde mi punto de vista todo se basa en el respeto. Respeto a cada cosa que nos rodee, no sólo de los demás pero de nosotros mismos también.
Llega un momento en el que definitivamente no estaremos de acuerdo con lo que los demás piensan ni con las decisiones que han tomado, pero si aprendemos a respetar y recordamos que todos somos distintos a los demás tal vez ese proceso de entendimiento sea más digerible.
La vida de por si suele ser complicada y si nosotros nos la complicamos con cuestiones abstractas de lo que pensamos entonces estaremos parados en un verdadero conflicto.
Dicen que muchas veces para entender a los demás y para tener una mejor perspectiva de las cosas debemos ver la situación desde fuera. De ahí la frase "ponte en los zapatos de los demás".
Después de leer esto seguro más de uno se preguntará: ¿Y quien se pone en mis zapatos? ; ante ésta pregunta sólo queda decir que si todos tuvieramos el hábito de ser más reflexivos y menos egoístas se haría un circulo en el que cada acción regresaría a nosotros de la misma manera.
Recordemos que ceder no significa perder nuestros objetivos ni sacrificarnos a manera que nuestros intereses queden reducidos a nada. Cómo en todo en esta vida debe haber un equilibrio, las decisiones deben ser bien pensadas recordando que a cada acción hay una reacción.
Dicen que muchas veces para entender a los demás y para tener una mejor perspectiva de las cosas debemos ver la situación desde fuera. De ahí la frase "ponte en los zapatos de los demás".
Después de leer esto seguro más de uno se preguntará: ¿Y quien se pone en mis zapatos? ; ante ésta pregunta sólo queda decir que si todos tuvieramos el hábito de ser más reflexivos y menos egoístas se haría un circulo en el que cada acción regresaría a nosotros de la misma manera.
Recordemos que ceder no significa perder nuestros objetivos ni sacrificarnos a manera que nuestros intereses queden reducidos a nada. Cómo en todo en esta vida debe haber un equilibrio, las decisiones deben ser bien pensadas recordando que a cada acción hay una reacción.
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